Los Agustinos en Guadalupe

Los Agustinos en Guadalupe

La historia de los Agustinos en el Perú. empieza el año 1548, con la llegada al Callao del Padre Agustín de la Santísima Trinidad, y se prolonga en forma ininterrumpida hasta nuestros días.

Larga es la historia de los Agustinos en el tiempo, extensa en el espacio donde se desarrolla, variada por las múltiples actividades prósperas o adversas, su paso por estas tierras ha dejado huellas imborrables, tanto en la cristianización de esos inmensos territorios y en la legislación política religiosa; como en sus escritos . Monumentales edificios y obras de arte. Con su palabra y ejemplo de vida evangelizaron valles, regiones y provincias enteras.

Nuestra ciudad tiene la suerte de poseer las huellas agustinas con su bello Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y su hermoso Monasterio de San Agustín.

Un 17 de febrero de 1619 se inicia la edificación por los religiosos de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, siendo el arquitecto de esta monumental obra, ejemplo único en su estilo, el mulato Blas de Orellana  con "bóvedas de ladrillo y hermosa laceria, obra ostentosa y de los mejores de este reino". Se hizo con los recursos cedidos por el fundador de Guadalupe, el capitán Francisco Pérez de Lezcano, las rentas propias, la corona y los indígenas en partes iguales y se convirtió en uno de los Santuarios más famosos de Sudamérica.

Nuestro Santuario a través de casi 400 años, nos lleva a reflexionar sobre su fastuoso pasado y grandes ceremoniales vividos así como también trasladarnos a los 395 años de funcionamiento de nuestro Monasterio en la magnitud y la quietud de sus espaciosos claustros, donde es fácil imaginar el andar sereno de los Santos Padres Ermitaños, Predicadores o Maestros como Fray Francisco Diez, Fray Pedro Moreno, Fray Miguel de Ubitarte, Fray Gonzalo Diaz Piñeiro, Fray Francisco de Castro y Antonio de la Calancha, entre otros que a lo largo del siglo XVII y como Priores del Monasterio de San Agustín de Guadalupe, contribuyeron a su defensa y engrandecimiento.

Miremos con mucho cariño y con profundo afecto a la más valiosa reliquia de nuestra comunidad guadalupana, por sus años; por su significado en la vida secular de nuestra ciudad, y por el despliegue material e intelectual de sus eminentes forjadores. Divulguemos el arte de su arquitectura.

Como guadalupanos abracemos la cruzada de luchar para conseguir su total restauración, estamos seguros que Nuestra Santísima Virgen lo agradecerá.


"Señor, eres la luz del corazón y el alimento del alma"
Confesiones San Agustín


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Grupo "Santísimo Sacramento"

28 de Agosto del 2014

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